Althorkien

Habitualmente, pese las demostraciones en contra y las dificultades del sistema, se acepta la hipótesis de la dinamo autoinducida del
núcleo terrestre para explicar cómo se genera el existente campo magnético que nuestro planeta posee.

Lo que viene a interpretarse semejante a modelos conocidos, donde el núcleo de la Tierra se comportaría como un imán. Algo parecido a lo que se ve en la imagen de la derecha.

Esta mañana se me ha ocurrido otra hipótesis diferente que, además de tener una explicación sencilla y físicamente justificada, da una fácil explicación a fenómenos como la inversión de polaridad magnética, la derivación hacia el oeste del campo magnético o la inclinación y posición y cambio de posición del eje norte-sur durante el tiempo.

La hipótesis se basa en que una carga, o una corriente, eléctrica en movimiento circular, genera un campo magnético asociado.

La ionosfera, capa de la atmósfera formada principalmente por partículas ionizadas, cargadas eléctricamente, aunque es un elemento bastante libre respecto del sistema tierra, también rota junto con el planeta. De forma que si el balance neto de cargas no fuese neutro, sino positivo o negativo, un observador desde el espacio, vería la ionosfera como un conjunto de cargas eléctricas realizando un movimiento circular, es decir, vería una corriente eléctrica donde las partículas cargadas describen un ciclo, un período alrededor del punto central de la Tierra en un tiempo como mínimo de un día.

Teniendo en cuenta que la fuerza de Coriolis hace que el planeta sea achatado por los polos y que la atmósfera lo sea en mayor medida , la ionosfera sería semejante a un toroide (bastante más ancho que el de la figura superior, más parecido al de la figura artística inferior) en rotación. En el que las cargas eléctricas se estarían moviendo a una velocidad  aproximada de entre 300 m/s y 500 m/s (entre 1000 km/h y 1800 km/h), las de menor y mayor altitud respectivamente (tomada su altitud comprendida entre 60km-600km desde la superficie)

De modo que si la carga neta de la ionosfera tuviese un valor distinto de cero, (algo totalmente probable), esta corriente eléctrica ecuatorial alrededor de la Tierra, generaría un campo magnético cuyas líneas de campo coincidirían exactamente con las que nuestro planeta tiene.

El campo magnético se vería alterado por cambios en la ionosfera producidos por ejemplo por la distinta incidencia de la radiación solar entre día y noche o por corrientes internas en la propia ionosfera. Fenómenos que de hecho suceden así.

En la actualidad la ionosfera está girando como el planeta, visto desde el polo norte, en sentido antihorario, de manera que según esta hipótesis, para que el polo norte magnético se encuentre en el norte geográfico, la carga neta de la ionosfera (si no me equivoco) debe ser positiva.



Fenómenos como variaciones en la atmósfera, liberación de electrones, (ejemplos claros son las descargas de electricidad que suponen los rayos, donde cantidades enormes de electrones pasan de la atmósfera a la superfie o viceversa ) o inclusión de partículas exteriores como cometas o meteoritos, que reaccionasen con los cationes y electrones de la ionosfera, pueden hacer que esta carga neta positiva vaya disminuyendo con el tiempo, por lo que la intensidad del campo magnético disminuya. Incluso se podría llegar a una situación en la que la carga neta de la ionosfera fuese de signo contrario, negativa, lo que automáticamente invertiría la polaridad del campo magnético.

La imagen de la derecha no es muy buena pero hasta que encuentre otra, al menos es ilustrativa, aunque en ella para mantener el campo magnético, han cambiado la dirección de la corriente eléctrica de las cargas opuestas. En nuestra hipótesis eso no es así, sino que las cargas se mueven en la misma dirección, la corriente eléctrica siempre tiene la misma dirección, aunque cambia de signo de carga, lo que hace que cambie la polaridad del campo magnético.

De hecho, lo que puede estar ocurriendo es que la ionosfera se encuentre en un equilibrio dinámico inestable debido a esta interacción con las capas más bajas de la atmósfera, con la superficie terrestre o incluso con factores exteriores, en el cual la carga neta vaya alternándose a lo largo del tiempo.

La regularidad de esta alternancia en el valor de la carga no podría predecirse ya que como acabamos de afirmar, dependería de la interacción entre la ionosfera y factores externos a ella, que son cambiantes e impredecibles.

Lo anteriormente escrito explicaría de manera sencilla los fenómenos observados de inversión magnética terrestre.

La variación secular, es decir la observada desviación de 0,18 v de longitud por año del campo magnético hacia el oeste (se completa un período cada 2000 años aprox.), podría ser fácilmente explicada mediante esta hipótesis si tenemos en cuenta que la ionosfera, aunque rota con el planeta, al no formar un sólido-rígido con él, sino que tiene un mayor grado de libertad, podría rotar alrededor del centro terrestre con una velocidad ligeramente menor que lo que el la parte sólida del planeta tiene.

Como el planeta rota hacia el este, el resultado visto desde un observador situado en la superficie es que la ionosfera estaría rotando ligeramente hacia el oeste, y por lo tanto también su campo magnético asociado.